Hace unos 2 meses vi en Buenafuente una entrevista a un tipo bastante peculiar, Albert Espinosa. Este hombre es guionista de películas como “Planta 4ª” y también director de estrenos de este año como “No me pidas que te bese porque te besaré” dónde también sale de actor. Pero esto no es lo que me llamó la atención de él. Albert parecía un tío la mar de positivo y pedazo de buena gente a la par que gracioso, y lo más importante de su vida es que superó un cáncer que le mantuvo 10 años en un hospital. Para que os hagáis una idea de cómo es este tipo, gastó bromas del tipo que, como llevaba una pierna eléctrica, decía que a veces cuando llegaba a un hotel no sabía si enchufar el móvil, el portátil o la pierna.
El caso es que lo que había ido a hacer al programa era presentar su libro: “El Mundo Amarillo”. Y yo después de escucharle la entrevista y definir el concepto “Amarillo” decidí comprarme ese libro.
Pues bien, ayer terminé de leerlo, y me gustaría hablaros de él.
En la última parte del libro es donde habla del concepto “Amarillo”, él lo define en un párrafo como: “Persona especial en nuestra vida a la que acariciamos , abrazamos, y con la que dormimos. Marca nuestra vida y no necesita tiempo ni mantenimiento. Hay 23 en nuestra vida. Las conversaciones con ellos hacen que mejoremos como personas y descubramos nuestras carencias. Son el nuevo eslabón de la amistad”
Básicamente es un nuevo escalafón, el que define, entre la amistad y la pareja. Algo que no excluye que un amarillo pueda ser tu amigo de toda la vida, o tu pareja. Si queréis un concepto más amplio, os recomiendo que compréis el libro, está muy bien.
Y yo pensaba que eso iba a ser lo mejor del libro cuando vi la entrevista pero, lo que más me impactó fue el comienzo del libro, donde Albert habla de cómo vivió el cáncer, cómo era su día a día y cómo, lo que aprendió en el hospital, le ha valido en su vida diaria. Valores que nos pueden servir a cualquiera de nosotros. Aquí algunos ejemplo que me llamaron la atención:
=> Habla de que “no existe la palabra dolor”. Uno de los “pelones” (como se llamaban en la planta 4ª), les dijo en una ocasión que el dolor no existía, no existe si ponemos en duda que existiese. Existe algo llamado umbral del dolor que está a medio centímetro del dolor. Albert lo probó en una de sus sesiones de quimio, simplemente no formó parte de la ecuación el dolor, no pensó que tuviese que doler los pinchazos, y no le dolió. Solo tenemos que borrar esa palabra sin ningún valor práctico, si no existe la palabra, no existe la esencia de lo que quieren significar. Esto se aplica al hospital y puede ser aplicado a tu vida diaria. No existe el dolor, recuerda.
=> Otro concepto que trata es, resumiendo, quitarle importancia a una noticia importante. Él lo hacía con los sobres de pruebas médicas del hospital. Yo os lo voy a explicar con algo más familiar nuestro. Imaginaros que estáis esperando las notas de un examen y de repente veis publicado en internet “Notas de los €exámenes finales de Junio”, el truco está en no verlas directamente. Apaga el ordenador, llama a tus amigos, vete a tomar unas cañas y sin hablar de esas notas, no pienses en ellas en media hora. Cuando vuelvas a la pantalla del ordenador a ver la nota, esta ya parecerá una noticia antigua y no le darás tanta importancia, el nerviosismo se ve reducido en un porcentaje altísimo. Pasa lo mismo con emails importantes, mensajes a móviles, etc.
=> También hablaba de la importancia de tener un diario. Yo tuve uno hace bastante tiempo, deje de escribir y se relegó a un segundo plano hasta acabar en la basura, craso error. No he cumplido este consejo de Albert (aún) pero me parece algo positivo. Los diarios nos ayudan, por ejemplo, cuando tenemos un problema, lo escribimos en nuestro diario y, cuando conseguimos resolverlo, lo continuamos. Esto sirve de guía para solucionar problemas del mismo tipo, puedes consultar como conseguiste superarlo, o incluso ver cosas que te resultaron sumamente importantes en el pasado y ahora las vuelves a leer y te parecen absurdas, de esto se aprende. Luego un día, siendo macabro, el día que mueras, tus seres queridos leerán ese diario y te conocerán mejor, verán lo que te preocupaba, aquella película que cambió tu vida o esa chica que tanto te gustaba. Y no tienes porque esperar, puedes compartirlo con quién quieras heredarlo, esta muy bien la idea. Son cosas que normalmente no compartimos, pero que nos definen perfectamente y hace que la persona que lo lea nos conozca como nunca antes.
En fin, el libro tiene muchos conceptos como éstos y seguro que no habéis llegado a leer ni la mitad y si os habéis quedado con ganas de más, os recomiendo comprarlo, es un libro corto, fácil de leer y, por supuesto, Albert Espinosa lo explica mucho mejor que yo.
No creo que yo me ponga a buscar a mis 23 amarillos, pero la próxima vez que en una estación, una cola para un partido o en cualquier momento, hablando con un desconocido o un amigo de toda la vida, note una conexión, una sensación de que te comprende y que puedes contarle lo que sea, que sea una persona que crees que te va a marcar tu encuentro con él y repercutirá en tu vida diaria, pensaré que acabo de conocer a uno de mis amarillos.